Evocación Lunfarda del Viernes Santo, con Jesús Crucificado en Medio de Dos Ladrones

(UN POEMA DE ENRIQUE OTERO PIZARRO, SIN PALABRAS DESACRALIZANTES NI IRREVERENTES, QUE MUESTRA AL HIJO DE DIOS AGONIZANTE EN TODA SU GRANDEZA Y GENEROSIDAD)

Se llama simplemente «DOS LADRONES» y muestra ese Viernes, en toda su heroica resistencia, a JESÚS DE NAZARETH clavado en la cruz, padeciendo los mismos horribles tormentos que dos ladrones, como él condenados a muerte mediante el mismo espantoso sufrimiento. Uno es un LADRÓN BUENO, que robaba a los ricos para entregar lo saqueado a los pobres. Y que, frente al instante final de su vida, le implora a Jeús que le perdone sus pecados. El otro no, es un malhechor endurecido por una vida de violencia dedicada al choreo indiscriminado. Y que, para peor, es un incrédulo frente a ese joven de barbita que es adorado por las multitudes como el hijo de Dios en la Tierra. Y se burla de él, lo insulta, lo cubre de vejámenes, lo considera un ridículo farsante. En la parábola bíblica es «el otro ladrón», el LADRÓN MALO.
Autor de esta obra lunfarda es el poeta ENRIQUE OTERO PIZARRO, nacido en 1915 y protagonista en la vida con sus múltiples ocupaciones: abogado, juez, ministro, educador, pintor, boxeador y… ¡¡¡POETA!!! con una prolífica y delicada incursión en el lunfardo.
«DOS LADRONES» nos ayuda a ponernos de frente a aquel espectáculo de los tres crucificdos, sublime y aterrorizador a la vez, mientras nos miramos a nuestro alrededor y nos damos cuenta de que, hoy más que nunca, necesitamos la ayuda, la comprensión y la generosidad de aquel Jesús de Nazareth que dio la vida por todos nosotros y que se llevó consigo, hasta el Cielo, a aquel sollozante y desesperado LADRÓN BUENO.

DOS LADRONES

– Hay tres cruces y tres crucificados.
En la más alta, al diome, el Nazareno.
En la de un wing lloraba el chorro bueno
mangándole el perdón por sus pecados.
– Escracho torvo, los dientes apretados,
mascaba el otro lunfa el duro freno
del odio y destilaba su veneno
con el rechifle de los rejugados.
– «¿No sos el hijo e’ Dios? Dále, salváte
Sos el rey de los moishes, arranyate!!!
¿Por qué no te bajás? Dále, che guiso!!!»
Jesús ni se mosqueó ¡Minga de bola!
y le dijo al buen chorro: !»Estáte piola
que hoy zarpás conmigo al Paraíso»!!!

Otero Pizarro, sin haber tenido nunca el reconocimiento de la prensa «seria» que sigue imponiendo su ley en la Argentina de hoy, falleció casi olvidado en 1978. Había tenido una satisfacción «a medias». Su DOS LADRONES» había sido «descubierto» en 1978 por Edmundo Rivero que lo incorporó a su repertorio con algunas variantes impuestas por la censura que había colocado fuera de la ley el uso del lunfardo. Ninguna crítica al grande Lionel, ¡por favor! Estaba en pleno auge la más tremenda dictadura que sufrió la Argentina. Y hablar del traslado al Paraíso de la mano de Jesús de Nazareth de un «chorro bueno» era ya un desafío contra quienes creían ser cristianos y no eran otra cosa que seres pérfidos, imbuído de odio.

BRUNO PASSARELLI

¡FELICES PASCUAS!

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