Créase o No, Vestido con el Ridículo Disfraz de Supercapo de los Anarcocapitalistas, que a Nivel Mundial son una Ultraminoría de Desquiciados Mentales, los Argentinos Votaron Como Presidente a JAVIER MILEI

(LO QUE VOY A CONTAR AQUÍ MUCHOS LO DESCONOCEN PUES SUCEDIÓ EL 23 DE ABRIL DE 2019 CUANDO EL ACTUAL PRESIDENTE ERA SOLO UN PRECANDIDATO AL QUE POCOS CONOCÍAN SOLO POR EL USO DE LA MOTOSIERRA PARA DESCABEZAR A LA «CASTA». ¿QUIEN PODÍA CREER ENTONCES QUE LOS ARGENTINOS LO ELEGIRÍAN PRESIDENTE? COMO HABRÍA CANTADO EDMUNDO RIVERO: «¿AL MUNDO QUIEN LO ENTIENDE?»)

En una de nuestras semanales recorridas por la Red, a la búsqueda de novedades para el Blog, mi brazo derecho ANDREA GIONTELLA y yo quedamos absolutamente estupefactos por lo que vimos el 23 de abril de 2019, cuando todavía no estaba lanzada la etapa crucial para las elecciones presidenciales argentinas.
Parado sobre un patético escenario, animado por sus todavía escasos seguidores, aparecía el precandidato JAVIER MILEI, enfundado en un disfraz insólito, grotesco, que resaltaba aún más sus patillones y sus mofletes. Yo le pegué un codazo a ANDREA y le grité «sí, es él, es MILEI«. Y mi amigo me rebatió: «No, qué va a ser, si no tiene la MOTOSIERRA en la mano», en cabal demostración de cómo el uso grotesco del aparatejo ya se estaba difundiendo entre la gente.
E INSISTÍ: SÍ, SEÑOR, LO ERA. ¡Y CÓMO!!!!I Tenía un antifaz negro y enarbolaba con su mano izquierda una especie de lanza. Vestía un disfraz que, después lo supe, era el uniforme del misterioso ««GENERAL ANCAP», un jefe militar (o algo parecido) llamado Alfredo Stipanicic que habría sido el jefe de una pequeña nación de… ¡SIETE KILÓMETROS CUADRADOS!!! situada entre Serbia y Croacia, en un terreno hoy ocupado, en el rompecabezas de la ex Yugoslavia del mariscal Tito, por lo que es la casi anónima Bosnia-Herzegovina.
Un paraíso en la Tierra donde un grupito de privilegiados se gozarían la vida con la inexistencia de impuestos, se tutelarían felices por cómo se respetan los derechos individuales, no hay lugar para los colectivistas y todo está librado a la iniciativa personal. En definitiva, ¿un PARAÍSO ÚNICO EN LA TIERRA? ¿O UNA INSÓLITA MAMARRACHADA?
Misterio. Porque ni Andrea ni yo hemos andado por esos temblorosos lares, escenario hace varios años de una guerra civil europea espantosa. Y no creo que se haya arriesgado ningún argentino. MILEI localizó allí a la «república ideal» que rebautizó «LIBERTAD» (original el hombre) en la que quiere transformar a la Argentina. «ANCAP» es el apócope de «anarcocapitalista» del superhéroe y semidios por él pergeñado y viralizado aún hoy, aunque mucho menos, por sus más entusiastas admiradores. En tanto, muchos de aquéllos que le dieron el voto simplemente «con el bolsillo,» y contra la inflación, no encuentran el pozo adecuado para imitar al ñandú y esconder la cabeza bajo tierra.
«Mi misión es imitar en la Argentna cómo se vive en ANCAP y aniquilar a los keynesianos estatizantes que no respetan al individuo», brama en aquel Video el caudillo anarcocapitalista argentino, el propiciador de un novedoso «capitalismo sin Estado» que no existe en ningún país del mundo, ni siquiera entre los menos serios. MILEI le echa la culpa a un tal Milton Keynes, a quien le atribuye el fatídico rol de regulador del mercado y al que insulta cada vez que lo tiene al alcance de su lengua filosa.
Vayamos ahora a lo que emerge de aquel Video que me dejó pensativo, en una reflexión que, mientras más nos íbamos acercando al desenlace electoral, más me inquietaba. Me preguntaba: ¿Serán los argentinos capaces de elegir en las urnas a semejante personaje?

(VESTIDO DE SUPERHÉROE ANARCOCAPITALISTA JAVIER MILEI CANTABA YA EN NOVIEMBRE DE 2019 «LA TRAVIATA» DE VERDI ADAPTÁNDOLA A SU IDEOLOGÍA)

Pero volvamos a aquel 23 de abril de 2019. Se hizo silencio en el lugar. MILEI
calzaba una estrecha vestimenta marrón y amarilla que no alcanzaba a disimular su evidente pancita y enarbolaba su voz baritonal. Empezó a cantar, acompañado por un guitarrista, alterando una letra que enseguida identifiqué como la de «LA TRAVIATA«, no por mis conocimientos de la ópera lírica sino porque vivo en Italia desde hace más de medio siglo y en mis oídos retumban con frecuencia los sones de la obra cumbre de GIUSEPPE VERDI. MILEI cantaba su versión de «LA TRAVIATA FISCAL», que se transformaría en su arma de lucha en la campaña electoral.
Con voz potente y apasionada, MILEI le había cambiado la letra:
– A gastar y gastar y gastar,
ésa es nuestra regla fiscal.
Y si los ingresos no aguantan más
entonces iremos al Banco Central.
– Y eso será inflacionario,
y eso será inflacionario.
Si no le aflojan al gasto
entonces la crisis vendrá!!!
El «The End» fue un rugido con que el público tapó al que brotó de su garganta. Creo que gritó «VIVA LA LIBERTAD» o «MUERA LA CASTA», pero no estoy seguro. Eso sí, enarbolaba con gesto amenazador la lanza con su mano izquierda, mientras la gente parecía «en trance» («su gente») y lo aplaudía frenéticamente.
Esa noche, antes de dormirme, reflexionando sobre las desastrosas respuestas que el gobierno de SERGIO MASSA estaba dando a la espiral inflacionaria cada vez más amenazadora y a la odiosa y ya ultratesteada alternativa que representaba el horrendo polo opositor de MAURICIO MACRI, se me cruzó por la mente un fogonazo, de ésos que producían en sus máquinas los fotógrafos de otros tiempos, tipo BARQUINA, y me pregunté: «Uy Dios, ¿y si este tipo gana las elecciones?». Para después lacerarme entre las sábanas: «Cómo está hoy la Argentina realmente puede pasar cualquier cosa». Y pasó.
Acosado por el apoliyo, me sequé la frente, me di vuelta en la cama y me quedé frito.
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El 11 de febrero de este año, ya presidente, MILEI anduvo por el Vaticano y el día siguiente hizo su visita oficial en Italia a la presidente GIORGIA MELONI. Los periodistas italianos, infaltables, le preguntaron si le gustaba el tango. El hombre no anduvo con vueltas y contestó: «Me encanta la música lírica».
Al extremo de cambiarle la letra a las estrofas claves de «LA TRAVIATA» de Giuseppe Verdi y adecuarla a su himno anarcocapitalista.
«Chupáte esa mandarina».

BRUNO PASSARELLI

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