Lo que Todo Espectador Debe Saber Antes y/o Después de Haber Visto «FERRARI», la Película Dirigida por Michael Mann que Muestra al Gran Constructor de Autos de Carrera en un 1957 que fue Crucial para su Atormentada Vida Deportiva y Sentimental

(LA OBRA ES UNA CABAL Y RESPETUOSA PRODUCCIÓN CINEMATOGRÁFICA QUE REFLEJA LA INTIMIDAD ESE AÑO DEL FAMOSO «COMMENDATORE» A QUIEN EL AUTOR DE ESTAS LÍNEAS TUVO EL HONOR DE CONOCER PERSONALMENTE Y DE SER SU COLABORADOR EN «PILOTOS, QUE GENTE», EL ÚLTIMO DE LOS LIBROS QUE ESCRIBIÓ)

Quien se acomode en una poltrona delante de un aparato de televisión o en la semioscuridad de un cine para ver la película «FERRARI», caso que sucedió en diciembre en Argentina y hasta hace pocas semanas en Italia, debería saber antes por qué fue atinadísimo que el director MICHAEL MANN eligiera 1957 como espacio temporal para la trama, porque ése fue un año crucial en la vida del famoso constructor italiano de autos de carrera. Tanto en su trayectoria profesional como en su tempestuosa vida sentimental.

(AUTÓGRAFO DE ENZO FERRARI AL AUTOR DE ESTA NOTA. LE ENTREGA UN EJEMPLAR DE «PILOTOS, QUE GENTE»…, EL ÚLTIMO LIBRO QUE ESCRIBIÓ Y EN EL QUE EL AUTOR DE LA PRESENTE NOTA COLABORÓ)

Solo así el espectador podrá estar en condiciones de emitir un juicio válido sobre la obra. Que, si se me permite, refleja con gran exactitud, salvo algunos detalles meramente formales, la personalidad del tempestuoso «COMMENDATORE». La mía es una evaluación POSITIVA que se me permitirá hacer desde el momento que FERRARI lo conocí personalmente y fui uno de sus colaboradores en el último libro que escribió en 1983, o sea el hoy inhallable «PILOTOS, QUÉ GENTE».

(EL AUTOR DE ESTA NOTA CON FERRARI. MARANELLO, 1983)

Es cierto, el actor ADAM DRIVER no es en el filme la persona ideal para reconstruir al personaje e interpretarlo, con ENZO que era el italiano de provincia más popular en el mundo junto a Federico Fellini. Con esos hoy cómicos e infaltables tiradores que le sostenían los pantalones, su caminar bamboleante, al estilo del matón de los descriptos en el tango, autoritario e inescrupuloso. Con sus muy terrestres e invariadas costumbres diarias, como por ejemplo, ir a afeitarse todas las mañanas a la peluquería de toda su vida y percibir qué se decía de él en Módena, la ciudad donde vivía. Y fue al hijo del propietario, FRANCO GOZZI, que eligió como su secretario privado, función que éste desempeñó por medio siglo y lo secundó en su obsesión por ganar carreras de autos, de las que quería ser el absoluto NÚMERO UNO.

(EL ACTOR ADAM DRIVER INTERPRETA EN EL FILME A FERRARI)

Pero hay en el filme tres aspectos personales que son la clave descifratoria de una personalidad difícil, avasallante, imprevisible, que se muestra en toda su crudeza. Una es la levedad, casi indiferencia, que tenía por la suerte de sus pilotos. Después, el dolor permanente e incancelable, que le causó la muerte de su primer hijo ALFREDO, entrado en la historia como «DINO», por una incurable esclerosis múltiple, cuando tenía solo 25 años de edad. Y, por encima de todo, su intensa y aventurosa pasión por las mujeres. con rasgos atormentados que el filme muestra fielmente.
La película aborda todo esto sin escándalos, acotándolo en ese 1957 que fue clave para la trayectoria de FERRARI, con pasajes cruciales que marcaron su vida pero que no lo detuvieron en su marcha incontenible hacia los objetivos personales que se había fijado.
Así, absorbió a pie firme, sin pudores ni arrepentimientos, la catarata de críticas e insultos que recibió tras los tremendos accidentes en los que se mataron ese año dos de sus pilotos, el italiano EUGENIO CASTELLOTTI y el marqués español ALFONSO DE PORTAGO, este último en las clásicas MIL MILLAS que se corrían en ruta con arribo en la ciudad de Brescia, en el norte de Italia. El episodio, firmado con escalofriante realismo, dejó un tendal de muertos y heridos y le valió a FERRARI críticas durísimas, como la del Vaticano, que lo definió como «el Dragón insaciable que se devora a sus hijos».

(EL ÚLTIMO BESO DE LA ACTRIZ LINDA CHRISTIAN AL MARQUÉS ALFONSO DE PORTAGO ANTES DE LARGAR LA FATAL MIL MILLAS EN QUE SE MATÓ)

FERRARI, aquella noche infernal, recibió innumerables llamados telefónicos, algunos solidarios, otros acusatorios. Al único que atendió con deferencia fue a GIANNI AGNELLI, propietario de la fábrica Fiat. Con toda seguridad, ese contacto en la madrugada estrechó la relación amistosa que existía entre ambos y que once años después, en 1968, se traduciría en la venta de la fábrica Ferrari a Fiat, según las condiciones que exigía don Enzo, o sea retener la dirección deportiva de su escudería, sin interferencias de ningún tipo. Antes, mandaría al demonio a JOHN FORD, quien quería comprarla, pero a condición de que su fundador renunciase a la gestión de la actividad deportiva. FERRARI le contestó al potentado yanqui con un insulto: «¿Sabe qué le digo? Métase su plata en el culo».

(EN LA ÚNICA FOTO EXISTENTE CON AMBOS, ENZO FERRARI EN SU DESPACHO DE MARANELLO CON SU HIJO DINO)

En lo personal, aquel 1957 fue crucial para su vida sentimental, ya que concretó su definitiva separación de su primera esposa legal , la casi anónima LAURA GARELLO, con la que se había casado joven (1923) y que le había dado ese hijo, ALFREDO, rebautizado DINO, quien tenía entonces apenas 24 años de edad y Ferrari ya había decidido nombrarlo heredero de su fábrica. Pero la despiadada enfermedad citada se lo llevó prematuramente causándole a FERRARI una herida incurable. No se sabe si es cierto, pero un episodio de la película habla de la neurasténica personalidad de doña Laura,, interpretada por una brillante PENÉLOPE CRUZ. No se sabe si responde a verdad el balazo que en la película aparece disparándole a su ya ex marido en el living de la casa donde ya no convivían.
Por entonces, FERRARI ya tenía una segunda vida sentimentl en el romance clandestino que había iniciado con LAURA LARDI, una joven de la mejor aristocracia de Turín, sede de la Fiat, interpretada por la actriz Shailen Woodley. De esta relación nació PIERO, el 22 de mayo de 1955. Ferrari habría querido registrarlo en el anágrafe local como su hijo, pero debió conformarse con anotarlo sólo con su apellido materno, o sea LARDI, debido a que en la Italia mojigata de entonces no se permitía a los hombres casados asignar su apellido a los hijos nacidos fuera del matrimonio legalizado por el Estado y bendecido por la Iglesia Católica.

(PIERO LARDI FERRARI, EL UNICO HEREDERO)

FERRARI pudo identificarlo por fin en 1975, como PIERO LARDI FERRARI. Recuerdo que la noticia trascendió como un reguero de pólvora recién el año después, cuando quedaron arreglados los detalles legales. Fue en los boxes de Monza, dónde se corría el Gran Premio de Italia en el que debutó Carlos Reutemann e hizo su inesperada irrupción un malherido Niki Lauda. A PIERO a su muerte le dejó el 40 por ciento de la fábrica de Maranello, el aledaño circuito de Fiorano y sus restantes propiedades ubicadas en Módena y alrededores. Por entonces, el gran propietario había pasado a ser la empresa FIAT, con la que Ferrari selló un acuerdo tras el rechazo inapelable a la exigencia de FORD de la que hemos hablado.

(FOTO DE PILOTOS FERRARI 1957: EL VETERANO PIERO TARUFFI, GANADOR DE LAS MIL MILLAS, Y EUGENIO CASTELLOTTI, QUE SE MATÓ PROBANDO EN EL AUTÓDROMO DE MÓDENA)

Ese 1957 registró para FERRARI otro título mundial jamás superado: el de haber tenido a su disposición, a partir del Gran Premio de Argentina que en el Autódromo ganó JUAN MANUEL FANGIO conduciendo una de las Maserati que DON ENZO tanto odiaba, nada menos que a nueve pilotos, cifra reducida a menos de la mitad al cierre del certamen.
En efecto, la máxima atención estaba destinada a las míticas MIL MILLAS que se corrían en rutas italianas y que ganó PIERO TARUFFI con una FERRARI SPORT 315.
De los ocho pilotos restantes se mataron CASTELLOTTI, probando en Módena un Fórmula 1 rojo, LUIGI MUSSO, durante el Gran Premio de Francia corrido en Reims, en un tremendo accidente que convenció a FANGIO, piloto de Maserati, que había llegado la hora de retirarse, MIKE HAWTHORN, ex campeón mundial que murió en un accidente callejero, el aristócrata español DE PORTAGO, de quien estaba ciegamente enamorada la actriz hollyvoodiana Linda Christian y cuya figura tiene un rol importante en la película,y el inglés PETER COLLINS, quien el año anterior había facilitado el acceso de FANGIO, con un Lancia-Ferrari, a su cuarto título mundial. Los sobrevivientes fueron solo tres: el francés MAURICE TRINTIGNANT, el italiano CESARE PERDISA y el alemán WOLFGANG VON TRIPS, más TARUFFI, el «Zorro Plateado», ya retirado de la Fórmula 1.

( PETER COLLINS PILOTANDO LA FERRARI 801 EN EL GRAN PREMO DE FRANCIA DE 1957 QUE GANÓ MIKE HAWTHORN, SU COMPAÑERO EN EL TEAM ITALIANO)

La película los muestra a todos, en aproximativas imitaciones, sentados alrededor de la mesa central del restaurante «IL CAVALLINO», ubicado todavía hoy enfrente justo de la fábrica de Maranello. Aparece también una imitación del ingeniero Carlo Chiti, DT del team, famoso por sus litigios con el «DRAKE». Llega Ferrari, hace las debidas presentaciones, y enseguida se enciende el debate, cuando Taruffi le indica que «estaba llegando la hora de los monopostos con motor traseros, que son más veloces en las curvas que los actuales y frenan en tres metros» Los estaba probando Stirling Moss en Inglaterra en los pequeños y volátiles Cooper Climax.
FERRARI, en la película, es despectivo: «Señores, ésa es una estupidez, los ingleses se la olvidarán en poco tiempo». Su toma de posición estuvo rayana con el ridículo. Ya había cometido otra gaffe sobre el tema cuando había querido ironizar preguntando: «¿Alguien vio alguna vez un carro con los caballos atados atrás?» La respuesta se la dio justamente STIRLING MOSS, con un Cooper Climax de motor trasero, al ganar en el Autódromo de Buenos Aires el Gran Premio de Argentina del 19 de enero de 1958, haciéndole pasar verguenza a las FERRARI y MASERATI, todavía con propulsores delanteros.
Don Enzo, renegando de su reconocida capacidad de reacción, recién colocó el motor a espaldas de los pilotos de sus autos en 1962, cuando con la FERRARI 156, propulsada por un motor trasero de 6 cilindros en V de 120 grados, se consagró campeón del mundo el norteamericano PHIL HILL y fue vice VON TRIPS, el alemán ya citado.

(PHIL HILL, CAMPEÓN MUNDIAL EN 1962 A BORDO DE LA PRIMERA FERRARI 156 CON EL MOTOR POSTERIOR)

ENZO FERRARI, hasta el final de sus días (murió el 14 de agosto de 1988 a los 90 años de edad) no renunció jamás a su pasión por las hermosas representantes del sexo femenino. Pero con la última, que fue la deslumbrante modelo FIAMMA BRESCHI , la relación fue platónica, delicadísima, hasta el punto de que el anciano ENZO le ofreció matrimonio, una ligazón a la que la mujer rehusó: «Sigamos así, estamos tan bien juntos», fue su respuesta. Breschi había sido «fidanzata» de LUIGI MUSSO, aquel piloto de Ferrari que se mató en 1958, en aquel trágico Gran Premio de Francia corrido en Reims. Sobre este romance inédito y mantenido oculto, edité en este Blog el 8 de marzo de 2017 una Nota que tuvo repercusión mundial y que titulé ««LA MUSA INSPIRADORA DE ENZO FERRARI». En Argentina fue publicada, casi textual y con rigor profesional, por INFOBAE.
El interesado en saber más sobre este postrer devaneo romántico de don Enzo puede consultar este Blog en https://futbolfierrosytango.wordpress.com, en la Sección AUTOMOVILISMO. La fotografía que engalana dicha Nota y que muestra toda la belleza de una bronceada y sensual FIAMMA BRESCHI es fruto de una larga y paciente investigación que efectuó mi colaborador y amigo, ANDREA GIONTELLA.

(FIAMMA BRESCHI, LA BELLISIMA MODELO EX NOVIA DE LUIGI MUSSO Y MUSA INSPIRADORA DE ENZO FERRARI EN SU VEJEZ)

Obviamente, esta última historia desconocida no aparece en la película que nos ha ocupado y que, repetimos, está acotada al año 1957.

BRUNO PASSARELLI

Deja un comentario