(SE EMPIEZA POR EVOCAR LOS COMENTARIOS QUE EL GENERAL PERÓN DESDE SU EXILIO EN MADRID, JULIO CÉSAR PASQUATO, O SEA «JUVENAL», EL PERIODISTA QUE MÁS SABÍA DE FÚTBOL, Y CÉSAR LUIS MENOTTI, VERTIERON FRENTE A ALGUNAS DE LAS OBRAS MÁXIMAS DE PICHUCO Y DEL POLACO)
1) La grabación que Pichuco hizo con ese diablillo que era el Polaco GOYENECHE de «LA ÚLTIMA CURDA», obra cumbre de lo que fue la Argentina de 1956 escrita «desde el hueso» por ese poetazo que fuera CÁTULO CASTILLO, era para el GENERAL PERÓN «la mejor radiografía de la pesadilla que resultó para los argentinos la llamada
REVOLUCIÓN FUSILADORA» (SIC) Frase dicha por el entonces exiliado en Puerta de Hierro al autor de estas líneas, en ocasión de su visita a Perón en Madrid del 20 de diciembre de 1969) .
2) «Cuando el Polaco cantaba «GARÚA» y decía «FRRRRÍO», me contagiaba tanto esa temperatura bajo cero que sentía la necesidad de ir a ponerme el sobretodo» (de JULIO CÉSAR PASQUATO, alias JUVENAL, el mejor analista de fútbol que tuvo el periodismo argentino).
3) «La letra de «FUEYE»que escribió HOMERO MANZI es tan profunda, con PICHUCO que le da una intimidad única, que cada vez que lo escucho me llega al alma, tenía que contenerme para no ir a una casa de música que existía cerca de Plaza San Martín y comprarme uno. ¿Para aprender a tocar? No, qué va.. Para nada. Para ponerlo en el lugar más destacado del comedor de mi casa y, de tanto en tanto, acariciarlo con una mirada» (CÉSAR LUIS MENOTTI, en una charla con el autor de este Blog)
Hay en el repertorio de TROILO-GOYENECHE algunos registros que son IMPERDIBLES, y no solo porque son verdaderas joyas tangueras, reflejos de la última etapa en que los dos ídolos estuvieron juntos en la orquesta de PICHUCO. O sea después que el GORDO lo llamase aparte y, sin tutearlo, cosa que nunca hizo, le dijo: «Escúcheme, Polaco, Usted se va de mi orquesta, y SE VA YA«. GOYENECHE imaginó un despido. Y PICHUCO, , viendo su desconcierto, le sonrió, le puso la mano derecha sobre el hombro, y le explicó: «Sí, Polaco, TIENE QUE IRSE, ya superó gloriosamente la etapa del cantor de orquesta, ahora tiene que independizarse, volverse el cantor capaz de darle emoción a los temas más complicados». Y agregó: «VÁYASE YA y no se olvide nunca de las cosas lindas que hicimos juntos».
Así empezaba el sendero solitario del POLACO. Dejaba a sus espaldas algunos temas grabados que no tuvieron el eco triunfal que se merecían y que aquí, en esta Nota dedicada a los «IMPERDIBLES» de aquel glorioso dúo, se busca darles de nuevo vigencia. Porque son excelentes, porque encontraron en TROILO-GOYENECHE no sólo a los intérpretes justos sino porque uno de ellos, el de «AGUANTÁTE CASIMIRO», tiene una NOTABLE VIGENCIA en los tiempos actuales, que imponen a la gente sacrificios tan brutales como en «altri tempi» inimaginables.
El autor es el uruguayo Alberto Mastra y «CASIMIRO», el sufrido personaje de la letra, en una época similar a la presente, se queja por pertenecer a «ESTA FEROZ FAMILIA QUE VA A LA PERDICIÓN». Aludía a NOSOTROS.
El segundo imperdible es «AMANECE», al que le puso música Armando Pontier sobre una letra melancólica de otro válido poeta uruguayo, FEDERICO SILVA, que refleja un momento angustiante, cuando el amor se esfuma con el arribo del nuevo día y ya no hay espacio ni tiempo para tardías e inútiles promesas. «Vivamos el momento/beso a beso/ que afuera ya comienza a amanecer». Silva es autor de este tocante pasaje que muestra su talento y su refinamiento. Pero no tuvo el suceso que se merecía en este lado del Río de la Plata.
La apología tanguera desborda de nombres de mujer, la mayoría de ellas venidas al centro para apagar sus encantos en medio de «burbujas y champán». Ivonne, Margo, Rubí, Griseta, Rosicler, Verdemar y tantos otros más. Goyeneche cantó infinidad de veces «MALENA», pero nunca lo grabó con Troilo, quien décadas antes había recurrido a Francisco Fiorentino para hacerle cantar, con enorme delicadeza, «GRICEL», que era el amor imposible de su amigo José María Contursi («Catunga»).
El otro tema femenino que entró en el mito fue «MARÍA», escrito por Troilo con una letra de Cátulo Castillo que regala fineza («tu sombrerito pobre y el tapado marrón») y que Pichuco grabó en sus inicios (1946) con la voz de Alberto Marino. Es al final de su trayectoria que TROILO recurre a GOYENECHE para grabar «TAMAR», o sea Marta al revés. Es una obra olvidable a contramano del respeto casi atávico que TROILO sentía por las mujeres de la noche, a las que desde jovencito había aprendido a dirigirse con un respetuoso «SEÑORA».
«TAMAR» (música del pianista Osvaldo Berlinghieri y letra de Oscar Núñez) es un tango mediocre, olvidable, llevado al surco en 1963, tal vez el único adscribible en dicha categoría a ese binomio mítico que formaron PICHUCO y el POLACO. Quizás por eso, porque pasó sin pena ni gloria, que merece ser incluído, como una gema muy particular, en nuestro elenco de «IMPERDIBLES».
Gócese como se merecen, amigo tanguero, estas tres joyas de la mitología tanguera, nunca tan bien insertada en ese binomio para la historia que formaron TROILO y GOYENECHE.
BRUNO PASSARELLI
Fútbol, Fierros y Tango 